10 must para Papás que están pasando por un divorcio
- Denisse Ayvar
- 31 mar 2017
- 5 Min. de lectura

1. Dale a tu hijo el regalo de no tener que escoger entre sus padres.
Permitirles que mantengan convivencia con ambas familias: abuelos, tíos, tías, primos, etc., puede contribuir a la autoestima de tu hijo, así como a su sentido de seguridad y pertenencia.
Cuando los niños vuelven de una visita, ya sea con el otro padre o con parientes, evita las preguntas competitivas. Cada uno tiene algo diferente que ofrecer y los niños necesitan de todo eso. Ellos necesitan al padre que tiene más dinero, así como al padre que le puede ofrecer más amor. Ellos necesitan al padre que es mejor ayudando con la tarea así como al que prepara la mejor comida.
En caso de no hacerlo puede generar: ansiedad y culpa.
2. Abstente de hablar mal de su papá o de su mamá enfrente de tu hijo.
Puede ser que te sientas dañado/a, decepcionado/a y enojado/a. Pero recuerda, tú eres el adulto. Tu hijo necesita respetar a sus padres. Le ayuda a respetar a la autoridad en general y a desarrollar autorespeto. Cuando eres crítico con tu ex cónyuge, le estás enseñando a tu hijo a ser crítico y juicioso.
Hablar negativamente de tu cónyuge destruye la confianza de tu hijo en ti, así como en la persona sobre la cual estás hablando. Incluso puede afectar su capacidad de confiar en adultos en general.
3. Evita comentarle tu hijo los detalles de la situación por la que están pasando.
Compartir demasiada información sobre cuán difícil se ha vuelto la vida, solamente confunde y agobia a tu hijo. Darle demasiada información puede ser una sutil manera (o no tan sutil) de pedirles ayuda. En vez de entrar en detalles sobre la poca cantidad de dinero que hay en tu cuenta, apégate a un simple “ahora tenemos que ser inteligentes sobre cómo gastamos nuestro dinero”.
Si les haces sentir que tú no eres capaz de manejarlo, ellos pierden su sentido de seguridad.
4. No permitas que tu hijo se convierta en su mensajero.
Tu trabajo es proteger a tu hijo, no colocarlo en la mitad de dos bandos en conflicto.
“¡Dile a tu padre que no tenemos nada que comer!” “¡Dile a tu madre que yo tampoco!”. Este tipo de intercambios comunican un fuerte mensaje de inseguridad y vulnerabilidad a los hijos. Los hace preguntarse, “si ninguna de las dos personas a las que yo acudo para mis necesidades básicas tienen algo, ¿qué pasará conmigo?”. Tu rol como padre es proteger a tu hijo, no colocarlo en medio de dos bandos en conflicto.
5. Si decidieron separarse, ahora es momento de dejarse ir!!
Algunas personas que no pueden vivir juntas en amor tratan de continuar la relación a través del odio. Uno de ustedes, o ambos, han renunciado al matrimonio. Si tú sientes que no has tenido opción en la decisión de la separación, pregúntate una cosa: “¿realmente quieres estar en una relación con alguien que no te aprecia ni valora?”. Mientras antes asumas que la relación se terminó, antes podrás deshacerte de la necesidad de sufrir. Algunas personas erróneamente creen que si sufren lo suficiente, su ex volverá (y los salvará). Es una dolorosa fantasía. E incluso si tu ex volviera, esa no es la base apropiada para una relación sana.
En vez de interrogar a tu hijo sobre qué está haciendo tu ex, enfócate en lo que pasa dentro de tu casa.
6. Definir los límites para tu hijo.
No tengas miedo de que si pones límites, porque tu hijo prefiera estar en la casa de tu papá o mamá. Algunos niños son expertos en poner a un padre en contra del otro. No seas la víctima del juego. Comparte tus expectativas con tu hijo sobre su despertada, la ida al colegio, tareas, trabajos hogareños, hora de dormir.
Y haz que tus expectativas sean claras y razonables.
Las reglas en tu casa pueden ser diferentes de las que hay en la casa de papá o mamá. Eso está bien. “Así es como tu Mamá/Papá decide hacer las cosas. Aquí hacemos diferente”. Si tú estás cómodo con las reglas que estás marcando, aumentas la posibilidad de que tu hijo también lo esté. Explícale que tú estás interesado en lo que es bueno para él, y que solamente haces esto porque te importa su bienestar.
7. Mantén las líneas de comunicación abiertas para tu hijo.
Estate ahí para escuchar. No juzgues, ni le digas cómo tiene que sentirse. Valida lo que siente ahora, mientras le explicas que puede que no siempre se sienta así. El tiempo cambia las cosas. Deja que Ania sepa que siempre estás ahí para ella.
Muchas veces cuando un matrimonio se desintegra, los niños desarrollan la creencia de que si tan sólo ellos pudieran ser “buenos”, entonces sus padres se quedarían juntos. Para aquellos niños, el fracaso del matrimonio es una confirmación de que ellos no fueron lo suficientemente “buenos”. Comunícale a tu hijo que el divorcio no fue su culpa. Incluso si tu hijo dice que nunca pensó que lo fuera, será tranquilizador para él escuchar que tú no piensas eso.
8. Conviértete en una mejor persona
Elige proactivamente quién quieres ser después de hoy. Fija metas a corto, mediano y largo plazo para ti mismo y para tu familia. Después de hoy crea la posibilidad de un nuevo comienzo. Deja atrás el pasado, y termina con las culpas y las quejas. Se acabó. Sólo el “hoy” es significativo. Decide quién quieres ser, empezando hoy. ¿Qué necesitas para llegar allá?
Lo que quedará grabado en la memoria de tu hijo para siempre no será quién les trajo más juguetes, sino quién tenía los valores que ellos podían respetar. Preocúpate sobre ellos lo suficiente como para guiarlos en un camino de éxito en la vida. Tu hijo necesita de ti – tu tiempo, tu atención, tu entendimiento y tu incentivo. Entiende que cualquier cosa que tú hagas que hiera al otro padre, herirá a tu hijo también. Limita lo que estás dispuesto a hacer para adquirir su amor y lealtad.
9. Crea seguridad
Sé responsable. Debes estar ahí cuando dices que vas a estar allí. Haz lo que dices que vas a hacer. Discúlpate cuando hieras a tu hijo. Es mejor no comprometerse a algo que no serás capaz de cumplir, porque eso deteriora la confianza.
• Seguridad significa mostrarle a tu hijo respeto, amor y aceptación. Di lo que harás, y has lo que dices.
• Un hogar seguro significa proveer comida, techo y estructura para tu hijo.
10. Enséñale a ser resiliente
Muéstrale a tu hijo que incluso cuando las cosas se ponen difíciles, ustedes pueden sobrepasar las dificultades sin desmoronarse. Enséñale que todo pasa por una razón. Como dice el dicho “no hay mal que por bien no venga”. Desarrolla tu capacidad y la de ellos de ver el lado positivo de las cosas en todo lo que pasa.
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